¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 513

Capitulo 513

Eltaxista estaba a punto de soltar una palabrota, pero se la tragd de golpe

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El hombre, con sus largas piernas, se acercé a su taxi. Con una mirada helada y aguda, le eché un vistazo al interior del auto, luego su aura se volvié alin mas sombria y temible. Eltaxista bajo la ventana por iniciativa propia y le pregunté con cautela “Sefior, necesita algo?”

Bruno llegd poco después y al ver el taxi vacio, también sinti6 la gravedad de la situacién y le pregunté seriamente: “;Dénde estan tus pasajeros?”

El taxista le explicé. “Habfa dos mujeres y cuatro nifios en mi taxi mientras esperaba el seméforo. Pero tan pronto como él seméaforo cambio, se bajaron apresuradas.”

El taxista habla estado murmurando para si mismo que habia sido enganado, sintiéndose bastante molesto.

Habian dicho que querian ir a un lugar, pero se bajaron después de recorrer menos de quinientos metros

La Unica razon por la que no estaba verdaderamente enojado era porque le habian pagado una tarifa considerable.

Por un viaje de unos cientos de metros, le habfan dado cien y le habian dicho que no necesitaba dar cambio, parecian muy apuradas.g2

“Hacia donde se fueron?” pregunto Bruno.

“Al parecer se subieron a un autobus, pero no les presté mucha atencién®, dijo el taxista, temblando ligeramente bajo la sombria presion del hombre que estaba frente a su taxi. Esto significaba que, en menos de un kilémetro, Elia habia camblado de vehiculo dos veces con su madre y los nifios.

Todo para evitar ser encontrada por Asier.

Bruno miré a Asier con una sensacion de urgencia: “Sr. Griera, hay una caseta de peaje mas adelante. Voy a hacer algunas llamadas y pedirles que inspeccionen todos los taxis y autobuses”. Asier, con su rostro guapo y helado, le dijo con voz grave: “Hazlo!

Su voz resonaba friamenté en la oscuridad de la noche, sonaba muy aterradora.

Por primera vez en su vida, Asier se sinti6 tan manipulado, tan frustrado.

Y todo por una mujer que aparentemente era inofensiva.

Oh, Elia, si te gusta tanto este juego del gato y del ratén, entonces jugaré contigo hasta el final.

Su sangre estaba hirviendo con la expectativa de atraparla, de destrozarla, de devorarla.

Bruno se apresur6 a hacer las llamadas.

Pensaba que una vez que encontraran las grabaciones de las cdmaras de seguridad y supieran que Elia habia tomado un taxi, podrian atraparlos a todos rdpidamente. Pero result6 que las cosas eran mas complicadas de lo que parecfan.

Elia, que siempre parecfa tan inocente y despistada cuando trabajaba, resulté ser increiblemente astuta en este momento crucial.

De hecho, habia logrado engafiar a Asier.

Bajo la ira helada de Asier, Bruno se sentfa increiblemente nervioso, manteniendo sus nervios tensos y sin atreverse a relajarse por miedo a que la furia de Asier se desatara en cualquier

momento.

Pero pensandolo bien, si Elia podia esconder a cuatro nifios bajo la nariz de Asier, debfa realmente de ser valiente y astuta.

Incluso él habfa sido engafado por Elia, pensando que los cuatro nifios eran de Jimena.

No entendi6 lo que estaba pasando hasta que Asler ordené buscar a Elia y vio el video de las camaras de seguridad de Elia huyendo con los cuatro nifios.

Fue entonces cuando Bruno se dio cuenta de que esos cuatro nifios no eran de Jimena, sino de Elia. La Unica razon por la que Asier estarfa buscando a Elia y a los nifios de esta manera seria si tuviera la certeza de que los nifios de Elia fueran suyos.

Ella habia huido con los hijos de Asier.

Antes de que esto sucediera, Bruno ni siquiera se atrevia a imaginar que alguien se atreveria, a hacer algo asi.

;Acaso ella no temfa que Asier la matara?

Mientras Bruno sentia lastima por Elia, también estaba haciendo llamadas para pedir a la caseta de peaje que inspeccionaran todos los autobuses y taxis que pasaran por ahi.