¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1721

Capitulo 1721

Cuando dejamos el lugar del concurso, Maximiliano se ofreci6 a llevar a Elia a casa, pero ella rechazé

Viendo cémo Maximiliano se subia a su carro y se alejaba, Elia bajé la mirada, con las pestanas cayendo suavemente. Estaba a punto de ir a la orilla de la calle para tomar un taxi cuando una voz calida la detuvo: “Elia”.

Elia se gir6 y vio a Ramiro caminando hacia ella con una sonrisa amable.

Ella le dijo con ligera sorpresa: “Sr. Ramiro, ¢cémo es que atin no se ha ido?”

“Te estaba esperando”, dijo Ramiro con una sonrisa en los ojos, como el hermano mayor que siempre la ha cuidado.

"iEsperdndome?” Elia estaba desconcertada.

"Si, pensé en llevarte a casa. Cuando te vi a punto de subir al carro de Maximiliano, pensé que me tocarfa irme solo.” Ramiro hablaba con una sonrisa tierna y gentil.

Elia bromed: “Tan amable, Sr. Ramiro, esperandome para ser mi chofer?”

“Para mi es un honor”, dijo Ramiro con caballerosidad: “Con razén rechazaste mi pedido privado. Es porque estabas en el concurso, mostrando tus habilidades; es una buena manera de hacerte un nombre."g2

La conversacion de Ramiro cambié repentinamente al trabajo.

Elia, un poco avergonzada, forzé una sonrisa: “Ahora soy una disefiadora desconocida, aunque disefie obras perfectas, no se venden bien en el mercado. No quiero causarte pérdidas, Sr. Ramiro.” "Si todos los disefiadores pensaran en los empresarios como tu, ;no se moririan de hambre todos?” Ramiro dijo medio en broma.

Mientras hablaba, abri6 la puerta del carro e invité a Elia a subir.

Elia dudaba, no queria que lo llevaran, estaba a punto de rechazar.

Ramiro dijo: “Sube, en el camino podemos hablar sobre el asunto de Liuva.”

Al escuchar que hablarfan sobre Liuva, Elia se subié al carro, queria saber lo que habia pasado.

Elia se sent6 en el asiento trasero mientras Ramiro conducia.

Una vez que el carro se puso en marcha, Elia comenzé a hablar: “Gracias por lo de

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antes, si no hubieras estado, no habria podido demostrar mi inocencia.”

"Siendo tan amigos que somos, ;hace falta tanta formalidad?” Ramiro respondié con una sonrisa calida.

Sin esperar a que Elia preguntara, explicé: “Llegué al concurso cuando apenas comenzaba, me senté en el centro de la audiencia, quizas no me viste. Cuando vi a Liuva caer en la pasarela, supe que tenfa que estar tramando algo, asi que fui sigilosamente detréas del escenario para investigar la verdad.”

Continuando, mir6 a Elia a través del espejo retrovisor, y al verla atenta, Ramiro prosiguio: “Por suerte, no tuvo tiempo de mover tu obra del lugar del concurso, y encontré la caja de joyas en el armario de Liuva. Luego ped al personal que revisara las cdmaras de seguridad.”

“Eso explica mucho, gracias por investigar y encontrar la evidencia por mi. Tu aparicion fue muy oportuna. De lo contrario, seguramente mi reputacion estarfa arruinada ahora.” Elia agradecié sinceramente.

“Pero hay algo que no entiendo completamente.” Elia fruncié ligeramente el cefio con duda. “Dime”, dijo Ramiro.

“Teéricamente, Liuva solo sabria cémo era mi disefio cuando se maquillaba y se vestia, ;como pudo preparar un reemplazo de pléstico con anticipaciéon?” Esta duda habia estado en la mente de Elia todo el tiempo, y no podia entenderlo.

Liuva tendria que haber sabido cémo era la obra de Elia al menos un dia antes, para poder hacer la réplica de plastico y sustituirla.

Ademas, ;como podia estar tan segura de que ella modelaria de su obra?

Al escuchar esto, Ramiro también se sumié en dudas: “Eso no sabria explicarlo, solo podemos preguntarle directamente a Liuva. Vamos a la comisarfa ahora.”

Dicho esto, Ramiro cambi6 de direccion, dirigiéndose hacia la comisarfa.

Capituro

Elia no mostré objecién alguna.

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