¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia -
Capítulo 170
Capitulo 170
Asier, sin darse cuenta, mir6 al pecho de Elia, recordando el momento en el Club Real Galaxy cuando ella se incliné para servirle una copa, mostrandole
una hermosa vista
Su garganta se movié involuntariamente y su voz se volvié ain mas profunda: “Parate derecha, no te inclines, asi no se te vera nada.”
Elia asinti6 rapidamente “Claro
Luego, ella volte a mirar por la ventana, no queria que él notara que estaba sonrojada.
Llegaron a la cima de la montafia donde se ubicaba la mansion.
Era un conjunto de villas, construidas alrededor de la montafia, rodeadas de vegetacién abundante, hermosas vistas y aire fresco.
Elia se quedo en el auto, mirando como las mansiones se alejaban, parecian tan nobles y grandiosas como castillos.
El auto se detuvo en la cima de la montana
Habia una villa en la cima que parecia un palacio, atin mas grande, majestuosa y lujosa que las otras villas alrededor de la montafia
Elia nunca antes habia visto una villa tan lujosa, estaba muy asombrada.
Desde que se convirtié en madre, todo lo que veia, lo relacionaba con sus hijos.
Inevitablemente penso, si sus cuatro hijos vivieran en una lujosa villa como esta, serian mas felices que en su pequefo apartamento, ;no?
Aqui hay un amplio espacio, cesped verde, y un aroma a flores que invadia el lugar.
Podrian correr libremente aqui, jugar a su antojo, en lugar de quedarse en una habitacion abarrotada jugando con juguetes.
Pero Asier no le gustaban los nifos, los consideraba muy molestos.
Mas que una gran casa, lo que los nifios necesitan es amor y compafifa.
Asier no podia darles amor, eso solo los haria sentir mas frustrados y perdidos. Quizés incluso se sentirian peor.
Son sus cuatro pequefios tesoros, y no permitiria que nadie los lastime.
Por lo tanto, estar con ella era lo mejor para sus hijos.
No le dirfa nada a Asier acerca de sus hijos hasta que estuviera segura de que él los iba a aceptar Cruzaron un jardin, subieron unas escaleras de piedra y entraron a la villa.
El interior de la villa estaba decorado de manera opulenta, un lujoso candelabro de cristal colgaba del techo, una alfombra de cachemira cubria el suelo, era muy lujoso pero acogedor
Elia y Asier entraron juntos al salon.
Dos ancianos estaban sentados en el sofa
Luisa, apoyada en su baston, sonreia amablemente.
Benjamin estaba sentado al lado de Luisa, con una postura recta y una expresiéon amable en su rostro.
Elia reconoci6 a Benjamin, le parecia familiar
Pronto recordo, lo habia visto antes en la oficina del presidente del Grupo Griera
Benjamin, que habia mantenido una sonrisa de bienvenida en su rostro, se volvié serio al ver a Elia. Luisa, al ver a Elia, su sonrisa se hizo alin mas calida, dijo amablemente: “Hola, jovencita, eres muy hermosa, ven aqui, déjame verte mejor.”
Luisa y Benjamin siempre se habian preocupado por el hecho de que Asier no se casara, pensando que tal vez no le interesaban las mujeres.
Estaban encantados de que finalmente trajera a una mujer a casa.
Elia sintio el calor de tuisa, sonrié, pero parecia un poco tensa, miré a Asier con una expresion de pregunta.
Asier dijo “Estos son mis abuelos
Se los presento a Elia, luego dijo a sus abuelos: “Esta es Elia
“Muy bien, me gustas mucho, ven y sientate a mi lado, Luis le hizo sefias para que se acercara.
Elia mir6 a Asier una vez mas, él asintio.
Elia sonno y se acercé
Casualmente, su falda era demasiado larga y cuando camino hacia adelante, pisé su falda y se tropezd, cayendo de rodillas al suelo.
Se encontraba justo en medio de Benjamin y Luisa
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