¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia -
Capítulo 1685
Capitulo 1685
Jimena respondié de forma evasiva y se giré para marcharse.
“¢Por qué te empenas en ocultarlo? ;Temes que te quite a los nifios?” Orson no la siguié, se quedd parado y pregunté.
Un escalofrio recorrié la espalda de Jimena y su corazén se contrajo, deteniendo sus pasos bruscamente.
Fodia huir, podia rechazar, pero Orson habia tocado el punto més sensible de su corazén,
rtando su preocupacion con su pregunta.
Esa evasiva se vio firmemente reprimida, obligéndola a enfrentarse a la realidad.
Jimena apreté mas fuerte las manos en torno a los nifios, su respiracion se volvié agitada. Con los dientes apretados, se giré y dijo a Orson con seriedad y precaucion: “iYa te dije, no son tus hijos!” "He encontrado un cabello de Adora en su ropa, ;necesito hacer una prueba de
paternidad?” Orson levanté la mano izquierda, sosteniendo un fino cabello entre su indice y su pulgar.
A simple vista no era claro, pero al observar detenidamente, se podia ver claramente que era un cabello. El cabello de Jimena atin no habfa crecido completamente, llevaba una peluca de color azul verdoso.
Y el cabello que Orson sostenia era negro y largo. No podia ser de nadie mas que de Adora.g2
El dltimo bastion de Jimena se derrumbé ante Orson, y ella le grit con hostilidad: “jOrson, nunca te voy a entregar a los nifios!”
Observando su nerviosismo, Orson entendié su estado de &nimo. El hablé con calma: “Tranquila, no voy a pelear contigo por los nifios. Tu los has criado, sé que no puedes estar sin ellos.”
Orson comprendia los sentimientos de Jimena. Ella era la mejor amiga de Elia y habia presenciado cémo los hijos de Elia habian sido arrebatados por la familia Griera, dejandola impotente y desconsolada.
Jimena temfa sufrir la misma soledad y dolor que Elia, por eso escondfa a los nifios con tanto empeno, para que él no los descubriera.
Precisamente porque la entendfa, no podia permitir que ella sufriera.
Al percibir la actitud de Orson, los nervios tensos de Jimena finalmente se relajaron un
poco.
Orson noté cuidadosamente que los brazos con los que abrazaba a los nifios temblaban Capitulo 1685
ligeramente.
Los nifios ya tenfan més de dos afios y mantener a uno en brazos ya era suficientemente cansado, por no mencionar que estaba abrazando a dos y se habia mantenido firme durante tanto tiempo, probablemente ya no podfa més.
Orson se acercé para tomar a uno de los nifos.
Jimena reaccion6 rapidamente y esquivo: “;Qué haces? jHace un segundo acababas de decir que no pelearias conmigo por los nifios!”
Orson la miré seriamente: “No te pongas tan nerviosa, solo quiero aliviar tu carga, mira
o tiemblan tus brazos, ;no te duelen los musculos?”
Jimena no dijo nada porque sus brazos realmente dolfan.
"Conffa en mi, vamos a sentarnos y hablar con calma.” Orson tomé a Adora en sus
brazos.
La pequefia era suave como un bollo de masa, y al acercarse, Orson se dio cuenta de que desprendfa un dulce aroma a leche, un olor que tranquilizaba y despertaba un fuerte instinto protector en su interior.
Era la primera vez que Orson sostenia a un nifo tan pequefio, y mas aun, su propio hijo. Esa sensacion magica, no sabia si era conmovedora o emocionante. La manejaba con sumo cuidado, temeroso de apretar demasiado y herirla.
Adora coloco su pequefia mano casualmente sobre el hombro de Orson, y sus ojos tiernos y curiosos, brillando como estrellas, lo miraban fijamente y con alegria.
Orson sentia que su corazén se derretfa, y no pudo resistirse a pellizcar suavemente las mejillas regordetas de la nifa: “No tengas miedo, no soy un malhechor, soy tu papa.”
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