¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia -
Capítulo 1504
Capitulo 1504
“No te preocupes con esas cosas, tu solo concéntrate en tus clases,” le dijo Asier a Cecilia con una voz tranquila.
Era como si un hermano mayor le hablara a su hermanita.
Cecilia no dijo nada, solo lo miré fijamente.
Miraba su perfil distinguido y salvajemente atractivo, sus ojos profundos, sus largas pestafas, su nariz perfecta, sus labios delgados y sensuales...
Asier era tan guapo que causaba envidia, con una presencia noble y un aire de frialdad.
Cecilia se sentfa revuelta por dentro, igual que cuando tenfa quince afos, todavia estaba conmovida por él, llena de ilusiones juveniles.
Pero el corazén de ese hombre tan perfecto y gallardo, le pertenecia a otra mujer.
Mientras Cecilia sentia la decepcion, también la embargaba una profunda sensacién de derrota. Ella habia sido educada mejor que Elia, la superaba en la compostura, incluso en la presencia.g2
iY su belleza era alin mas destacada que la de Elia!
;Por qué Asier preferfa a Elia y no a ella? Se preguntaba Cecilia.
Después de todo, Cecilia habia conocido a Asier antes que Elia.
Cecilia respiré hondo, conteniendo el dolor en su corazon, y de repente pregunté: “;Es porque los ojos de Elia se parecen a los de mi hermana?”
Asier, que estaba enviando un mensaje al jefe de los guardaespaldas con su celular, se detuvo bruscamente al escuchar las palabras de Cecilia.
Levanté la mirada hacia Cecilia con seriedad y dijo: “iNo quiero volver a escuchar algo asi”
Cecilia, notando la ira oculta en los ojos de Asier, se alarm¢, dandose cuenta de que habia dicho algo inapropiado, y rdpidamente se disculpd: “Lo siento Asier, no volveré a pasar.”
Sabia que su hermana era un tema prohibido para Asier; desde la muerte de su hermana, nadie podia mencionarla delante de él, y sin embargo, Cecilia habia hablado por celos hacia Elia. Después de disculparse, Cecilia atin estaba conmocionada. Sintiendo el frio que emanaba de Asier, no se atrevi6 a mirarlo mas.
Elia respiraba con dificultad, seguia con ese dolor en el corazén mientras llegaba a la puerta de la villa y se daba cuenta de que Ramiro la habia seguido todo el tiempo.
Dijo con poca fuerza: “Ramiro, gracias por estar dispuesto a gastar tanto para salvarme. Estoy muy cansada hoy y quiero descansar. Otro dfa te invito a comer.”
“No me tienes que dar las gracias. Mejor entra y descansa, no te molesto més; solo me preocupaba tu seguridad. Esperaré a que entres para irme,” respondié Ramiro con su tono amable y cordial Siempre transmitia una sensacién de calidez, como el de un hermano mayor que siempre estaba ahf para todo.
Capitulo 1504
Elia asintio, le dio las gracias de nuevo, abri¢ la puerta y entro.
Ramiro le record que debfa cerrar bien la puerta.
Una vez que Elia cerré la puerta, Ramiro se dio la vuelta para irse.
En ese segundo en que se gird, la sonrisa en sus ojos se desvanecio, torndndose sombria y seria. Ramiro condujo su coche y marcé aquel nimero que no habia llamado en tres anos.
Se habia preparado para que fuera un nimero inactivo, pero para su sorpresa, el teléfono comenzé a
sonar.
Ramiro esperé pacientemente, y justo cuando pensaba que nadie contestaria, la llamada se conectd y se escuché una voz de mujer, calmada pero frenética.
“Sr. Ramiro, finalmente me llamo. {Han pasado tres afios, he estado esperando su llamada todo este tiempo!”
"iDénde estas?” pregunté Ramiro entre dientes.
Capitulo 1505
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La mujer le dio la direccion.
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